Siguiendo la ruta citada, ya en “la capa rosa”, nos encontramos con otra lección de la madre naturaleza que al ir y venir de las aguas, el continuo golpear las rocas mas blandas se desgranan, resquebrajan y desmoronan, así se han formado túneles, grietas y pasos diversos, conformando prácticamente un laberinto. Así le hemos bautizado alas formaciones que encontramos antes de llegar al “fondo de la capa rosa”.
Sea segura que otra figuras se forman en el trecho que nos sirve para llegar a este lugar, tal como ya les hemos manifestado; cabe mencionar el peñasco “la chata” que se encuentra en las aguas distantes de los cerros, de forma aplanada y que durante las horas “ de llena” o marea alta, case desaparece bajo las aguas, por eso su nombre, de esta y del “laberinto del checche” sean sacado increíbles cantidades de moluscos marinos, conocidos como chanques y racas, por los hombres mas valientes del valle. Estos exquisitos ejemplares de moluscos se han consumido desde tiempos inmemorables, sus restos se les puede encontrar en todas las ruinas y cementerios de los aborígenes. Actualmente son muy apreciados para la preparación de los picantes tradicionales en todos los pueblos del valle.
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